LOS MANDALAS, LOS NIÑOS y la sanación.
Vivimos en una sociedad moderna y no cabe duda de las grandes ventajas que nos está aportando la digitalización del formato educativo. Todo llega al instante cuando lo buscas en internet; cualquier dibujo se puede borrar cambiar y transformar con un solo click en las tablets, teléfonos móviles o labtops. Esta forma de creatividad ha generado también su lado oscuro ya que ha podido repercutir en algunos niños, por su tipo de cognitivo, y ha creado una generación de niños impacientes, nerviosos a los que les cuesta concentrarse por demasiado tiempo en algo. Terminar una tarea larga les genera un aburrimiento inmediato con lo que esto puede conllevar: sentirse molestos, frustrados, demandantes, nerviosos o inquietos.
Conectar con la dimensión en la que estamos asentados no es tan fácil, ni para niños ni para adultos. No me refiero a los bebés o niños hasta los tres años…ellos sí conectan con el aquí y el ahora con mucha más facilidad que el resto de edades, ellos son curiosos y su conexión con planos superiores es más alta. Pero cuando los niños comienzan a crecer e insertarse en la sociedad poco a poco van perdiendo ese sentido natural de entretenerse mirando la multi dimensionalidad de un objeto durante un rato ya que tienen un horario que cumplir y los adultos los vamos estresando sin nosotros darnos cuenta.
La sociedad que hemos creado es muy estricta para ellos y obvio que también para nosotros. No tenemos un respiro y al final creamos ese ambiente estresante también para los niños que perciben todo lo que sucede en su ambiente familiar y social sin necesidad de hablar con ellos. Su sensibilidad queda atrapada en el reloj y la inmediatez se apodera de sus cognitivos bajando su frecuencia natural viviendo más en la mente y en el futuro que en el presente y la realidad concreta.
Debemos traer a los niños de nuevo a la realidad ayudándolos
con actividades que requieran concentración …para que nazca la meditación
natural…la que nace de manera espontánea sin necesidad de forzar la quietud
corporal…la que nuestros ancestros siempre emplearon cuando trabajaban de
manera artesana.
El estado de atención plena (mindfulness) genera múltiples
beneficios para la salud mental, emocional y vibratoria. Pintar mandalas y los
dibujos que estén contenidos dentro de una figura geométrica les servirá para
relajarse y permanecer en calma por más tiempo.
A nivel físico pintar desarrolla la psicomotricidad de la
mano y los dedos fomentándole las habilidades artísticas, tanto plásticas como
musicales.
Mientras el niño esté pintando irá poco a poco bajando su
nivel de estrés. Irá limpiando su campo energético y al abrir sus canales
receptivos de energía lumínica estará más calmado y en sintonía con su energía vital
natural.
Coloreando desarrollan la imaginación al estar en contacto
visual y energético con el patrón geométrico del mandala. La energía del
mandala en sí mismo los invita a expandirse y desarrollar ampliamente las
conexiones vibratorias del hemisferio derecho.
Observar los dibujos creados en estado de relajación por el
artista les ayuda por simpatía vibratoria al desarrollo de la creatividad y a
entender de manera intuitiva la fractalidad del universo.
También eleva la autoestima del niño al ver completada su
pequeña obra de arte la cual exhibirá con orgullo ante sus familiares sintiendo
que ha superado un reto consigo mismo, no compitiendo con otros.
Aprenderá a estar consigo mismo, en paz y disfrutará de su autonomía
cognitiva y sensorial.
Solo queda que como padres podáis crear un ambiente
relajante a su alrededor mientras estén pintando, y practicando mindfulness. Como sugerencia podéis poner esencias puras
de lavanda en un quemador y música suave
de ambiente para que les ayude en los momentos de más estrés o ansiedad. Así unificáis la arteterapia, la aromaterapia y los sonidos curativos a la vez.
Podéis adquirir mi nuevo libro: MANDALAS DE LA LUZ en Amazon, creado y canalizado tanto para
niños como para adultos. Dibujados con amor y para el único fin de ayudaros a
crear una conexión más profunda con vuestro verdadero ser interior.
Que lo disfrutéis.
I.Sharii
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